Madrid (I)

• 24 Ene 2013

Arriba y Abajo

Reloj

Aún corriendo el riesgo de pisar una mierda de perro (con perdón) merece la pena pasear por el centro de Madrid mirando a sus alturas. En ellas permanecen vigilantes infinidad de seres que velan por la ciudad y pasan desapercibidos para la mayoría de los mortales.

Esculturas diseñadas por el escultor Francisco Molinelli en la fachada del Banco de España

Escultura diseñada por el escultor Francisco Molinelli en la fachada del Banco de España

Estas son dos caras del El Banco de España, la amabilidad y serenidad de ella en contraste con la  irascibilidad de él.

Las cuadrigas sobre el BBVA

Las cuadrigas coronan el banco como un símbolo de fuerza y poder. Cuentan que originariamente eran doradas, una diana muy atractiva para la aviación franquista, por lo que decidieron pintarlas de negro. Memorable la escena final de La Comunidad de Alex de la Iglesia.

A los pies de los caballos (I)

A los pies de los caballos (II)

A los pies de los caballos (III)

A los pies de los caballos se arrastra una realidad que nadie quiere ver.

Gran Vía

Siempre que paso por aquí se me viene a la cabeza el famoso cuadro de Antonio López y veo la Gran Vía con los ojos del pintor.

Gran Vía desde la terraza del Círculo de Bellas Artes

La cúpula del Metrópolis

Titán en la terraza del CBA

Es muy recomendable tomarse un café en la terraza del edifico del Círculo de Bellas Artes. En mi caso imprescindible después de ver la exposición de fotografías de Robert Capa “La maleta mexicana”.

Calle Preciados

Al llegar a Sol busqué al Tío Pepe, pero se ha ido con la Botella. Dicen que está buscando un nuevo ático. Mi decepción duró poco porque no tardé mucho en encontrarme con ellas. Una, la más recatada, se recostaba en una esquina de la calle Preciados. Con la mirada altiva, de desdén, marcaba su territorio impidiendo que nadie que no estuviera a su altura se dignara en dirigirle la palabra.

En la calle Arenal

CK

La otra, forzaba un gesto de falsa ingenuidad, un juego peligroso en el que hay reglas, pero no están escritas.

Medallón en la fachada de la Casa de Correos de Sol

Perplejo como yo, un caradura observa a ambas desde el edificio de Correos de la Puerta del Sol.

 

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