Unamuno en Guadalupe

• 20 Ene 2012
Monasterio de Guadalupe desde la Viña Mayor

Monasterio de Guadalupe desde la Viña Mayor

Don Miguel de Unamuno visitó Guadalupe en 1910. Llegó en carro desde el Puerto de San Vicente, “en penoso viaje… a través de unas montañas bravías y fragosas”. Durante su estancia en Guadalupe tuvo oportunidad de visitar el Palacio de Mirabel quedando impresionado por la belleza de los paisajes villuerquinos.

En su libro de viajes Por Tierras de Portugal y de España España, dejó escrito: “Hermosísimo es, sin duda, cuanto el arte humano puede aún ofrecernos en Guadalupe; más es más hermoso aún lo que allí la Naturaleza nos ofrece. Subimos a Mirabel, dependencia del monasterio, y bajamos de allí por medio de uno de los más espesos y más frondosos bosques de que en mi vida he gozado. Jamás vi castaños más gigantescos y más tupidos. Y nogales, álamos, alcornoques, robles, quejigos, encinas, fresnos, almendros, alisos junto al regato, y todo ello embalsamado por el olor de perfumadas matas”.

Palacio de Mirabel

Palacio de Mirabel

El palacio de Mirabel está asentado en una breve plataforma entre los valles del Valdegracia y del Infierno. Data  del siglo XIV. Su primer dueño, Martín Cerón, alcalde de Sevilla, se lo regaló junto con tres mil doblas de oro moriscas y joyas, a Fray Fernando Yañez, primer prior jerónimo del monasterio. En sus estancias descansaron en numerosas ocasiones los Reyes Católicos con sus hijos. Después de éstos, también fue lugar de veraneo para otros monarcas, el padre Écija, cronista jerónimo del monasterio dice: “los reyes van allí a recrearse cuando vienen a Guadalupe”. En 1504 murió en este palacio don Juan de Zúñiga, el último maestre dela Orden de Alcántara.

Hasta la desamortización de 1835 mantuvo su dualidad de palacio granja. También disfrutaron del palacio Alfonso XIII y Rainiero III de Mónaco. En 1931 fue declarado Monumento Nacional.

Palacio de Mirabel

Palacio de Mirabel

Conserva aún ese cierto aire de cortijo andaluz que posiblemente le imprimió su primer dueño. Es de destacar sus corredores y artesonados mudéjares, su Fuente del Frío, el león, que parece verraco ibérico, y hace funciones de surtidor del albercón, la talla y la capilla de Santa María Magdalena, las pinturas flamencas al fresco de sus pareces, el retablo barroco, un niño jesús también barroco, una talla gótica de Santiago, y la talla yacente del Cristo de Mirabel.

Imagen de María Magdalena

Imagen de María Magdalena

 La talla de Santa María Magdalena fue labrada en 1736 junto con las de Santa Cecilia del Palacio de Valdefuentes y las ocho mujeres fuertes del camarín dela Virgen en el monasterio.

A escasos 300 metros, se encuentra la Cruz del Mentidero, un maravilloso mirador de este paraíso natural del que también disfrutó Unamuno.

 

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